Entre las declaraciones más polémicas nos encontramos con la del primo de Ruth Ortiz, Juan David López, que asegura que Bretón le dijo “hasta tres veces” que había matado a los pequeños y que “no iba a encontrar nunca más a los niños con vida”. Por otra parte, los padres y hermanos de Bretón se niegan a declarar, pero sí lo hace su cuñado, que afirma que Bretón es el “responsable de su desaparición o de hacerlos desaparecer”, equipacion betis pero no de su asesinato. Tras tres días de deliberación, el 12 de julio de 2013, el jurado popular de la Audiencia Provincial de Córdoba le declara culpable del asesinato de sus hijos, Ruth y José, y lo condena a veinte años de prisión por cada una de las muertes, además de la simulación de un delito de detención ilegal o secuestro de menores. Por tanto, si el exmilitar continúa sosteniendo su inocencia y no reconoce los hechos, podrían pasar muchos años más hasta que pise nuevamente la calle. Parece ser que el exmilitar se mostraba en Alicante como “un tipo metódico y enfermo de la limpieza. La representación legal del exmilitar tramitó su solicitud en 2019, pero Instituciones Penitenciarias la denegó.
Hay expertos que aseguran que “nunca” y otros que emplazan a una nueva solicitud de libertad condicional en diez años. Finalmente, el 9 de julio de ese mismo año, el Alto tribunal ratificó la condena de cuarenta años de prisión por matar e incinerar como venganza a sus dos hijos, Ruth y José, desestimando el recurso presentado por la defensa del acusado. También fue enjuiciado por un supuesto delito de malos tratos psíquicos de Bretón a su exmujer en julio de 2014. Pero finalmente, la sentencia dictaminó que no había “absoluta certeza” en la existencia de rasgos o huellas de violencia psíquica. Desde su detención, pasando por todo el proceso judicial y, una vez condenado y cumpliendo condena en prisión, José Bretón ha seguido manteniendo su inocencia al asegurar que “perdió” a sus hijos. En marzo de 2014, José Bretón interpuso un recurso de casación ante el Tribunal Supremo contra la confirmación de la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por, entre otros motivos, una vulneración de los derechos fundamentales a la presunción de inocencia. Según relata el portavoz del jurado popular, “el acusado José Bretón Gómez, prevaliendose de su condición de padre y de su mayor fuerza física, confianza de los niños y autoridad sobre ellos, acabó con la vida de sus hijos Ruth y José Bretón Ortiz”.
De hecho, algunos presos aseguraron que alardeaba del interés que se había creado en torno al caso y que a los de mayor confianza incluso les había confesado: “Voy a tener que decirle a mi padre que me deje de ingresar los sesenta euros semanales porque los de la tele van a forrarme”. Sus continuos problemas de adaptación en la cárcel de Villena -funcionarios del sindicato Acaip aseguran, entre otras cosas, que terminó poniéndose tapones en los oídos tras quejarse de los ruidos de otros presos al masticar- motivaron su traslado a distintas prisiones, hasta llegar finalmente a la de Herrera de la Mancha (Ciudad Real). “Cuando salí del despacho intenté tapar la mancha de sangre de mi pantalón con el tres cuartos que llevaba y me arremangué una manga de la camisa para que no se viera el puño manchado. Este testigo se entrevista con el acusado en tres ocasiones. Gasta tres rollos de papel higiénico a la semana y no toca nada si no lo ha limpiado antes”.
Recopilados todos los informes de los peritos y forenses, psicólogos y psiquiatras, de los expertos en telecomunicaciones y de los testigos, José Bretón se declara inocente de los hechos que se le imputan. No se muestra nervioso ni alterado durante la narración de los hechos. En esta ocasión, la imagen de Koldo Larrañaga, recién llegado de Madrid para acudir a la cita con su víctima, fue registrada por las cámaras de un cajero automático próximas al lugar de los hechos tanto antes como después de perpetrar el homicidio. Hasta que nueve meses después, el autor volvió a asesinar y su víctima, una abogada de 28 años, dejó sin saberlo la prueba definitiva que llevó a la caza de este criminal despiadado. Sin embargo, su abogada Bárbara Royo aseguró por entonces que todo apuntaba a que fue una agresión por parte de otro preso. Sin embargo, el pasado mes de septiembre El Mundo publicó una información reveladora: las conversaciones mantenidas entre Bretón, Miguel Carcaño y Sergio Morate en un taller de reinserción. Sin embargo, en pretemporada las segundas partes se traducen siempre en un partido nuevo, y eso ocurrió en Los Ángeles. Goza de un régimen penitenciario de segundo grado y es un preso no conflictivo, con “buen comportamiento” y sin partes ni sanciones por parte de la Junta de Tratamiento, confirma su letrada a La Vanguardia.